jueves, 30 de junio de 2011

Está tu agua en mí



-Cerca, cerca, un poco más abajo.
-Pica, pica, ahí es, sí, seguí!!. -Que pena, no me escuchas.
Y pensar que podría decirte donde soy mas sensible, donde me gusta que me rocíes. Vos, sin embargo, tomas tu trabajo como una tarea mecánica. ¿Cuanto antes terminar mejor, no? Seguro te mandaron con el propósito de blanquearme, nunca habras escuchado de tu jefe algo como: -Escuchemé Gomez, peguele una ducha a la escultura de Lola Mora, que debe estar agobiada de calor.
No creo que hayan tenido semejante sensibilidad. Me dejarás muy blanca, eso sin duda, sin mierda de palomas, sin hollin, sin moho. Seré digna de admiración de locales y turistas, algunos repararán en mi por primera vez, por el brillo, el lustre, el marmol italiano o la blancura o que se yo porque carajo.
-Fotos, fotos, sonrisas, que más acá que no salgo, que un poco mas a la izquierda, que en automático asi salimos todos. Si, si, ponganse, ubiquense, digan whisky. Que acá yo, impoluta y firme, me ofrezco como simple recuerdo de viaje.
Me pregunto: ¿esta tu álbum completo? ¿Está tu ausencia retratada? ¿Esta tu abuela en la foto familiar? ¿ ¿Esta tu afición desarrollada? ¿Esta tu asiento reservado? ¿Estatua?

-¿Un chorro fuerte en la espalda sería mucha molestia? Estoy un poquito tensa, necesito unos masajes.

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