miércoles, 20 de abril de 2011

A la deriva

Te noté muy convencida cuando nos embarcamos en esta aventura. Verte así me generó un mar de dudas.
Justo una aventura, que es la incertidumbre, la sorpresa, los caminos no pactados. Es darle al destino todos tus naipes y que él los tire, los baraje y ponga las reglas del juego.
Sin embargo, vos repetías hasta el cansancio que todo iría viento en popa, que saldríamos a flote, que remandola llegaríamos a buen puerto. Me fastidiaba tu convencimiento, peor renegaba cuando me daba cuenta que me lo apropiaba, que también me lo creía. Deseaba tirar todo por la borda y cambiar el rumbo. A tus olas de optimismo expansivo, yo respondía hundiéndome en mi pesimismo anquilosado.
Corroída por el tiempo, vimos como nuestra relación naufragaba. Di mis últimos manotazos de ahogado renovando promesas, resurgiendo proyectos, reciclando pasiones, pero tu ya estabas convencida.
Concisa, breve, me dijiste:
-Desde hace rato soy la única que lleva el timón en este pareja, viendo lo cómodo que estas siendo un lastre. Necesito nuevas aventuras, y ya estoy teniendo una.

Toque fondo al oírte, sentí el dolor profundo de quien agita su desesperación en un abismo de soledades, le siguieron unas punzadas en el pecho, síntoma de tus astillas que lentamente perforaban mi corazón.
Ya de rodillas y entregado, atisbe a mirarte por ultima vez, y entre dientes maldije el día que te conocí, astillera del orto.

sábado, 9 de abril de 2011

Ya Carnada queda

Siempre dijimos que es cama y nada mas. Que solo nos veriamos cuando quisieramos tirar una cañita al aire. Pero no se a quien le contaste, o en que trama yo quedé, y resulta que ahora esta en boga de todos. Lo nuestro se ha vuelto una relacion tanza. Con decirte que te encontré la pez pasada, a la vuelta de la espina, y me convencí de que no te tragaba, que nunca lo hice. Te agarré una branquia barbara.

Aquellos sabalos por la noche, en que nos encontramos, solo era para seguirte la corriente, pero ya corrió mucha agua bajo este puente. Pa ti quizas sea distinto. Yo, en cambio, ya di por terminado aquel tiempo dorado en que eramos parte de un señuelo compartido. Boya sabras lo que sigue. Ayer estuvimos en el cielo, hoy hemos caido anzuelo, por los pescados cometidos.